Se encarga de diseñar y gestionar los entornos de infraestructura necesarios para el juego en la nube. Su trabajo incluye la implementación de servicios escalables y seguros, aprovechando las capacidades de plataformas como AWS, Azure o Google Cloud. Asegura que la infraestructura esté optimizada para soportar la demanda de tráfico en línea durante el ciclo de vida del juego.