Crea y ajusta la banda sonora del videojuego, adaptándola a nuevas situaciones narrativas o mecánicas que se añaden tras el lanzamiento. En la postproducción, también remezcla pistas, adapta la música a expansiones o DLCs, y colabora en procesos de implementación dinámica del audio. Su labor potencia la inmersión de la persona jugadora a lo largo del ciclo de vida del juego.